¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Tanta sangre que se llevó el río...
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan fácil, ya sé qué pasa;
no será tan simple como pensaba.
Como abrir el pecho y sacar el alma...
una cuchillada de amor.
Luna de los pobres siempre abierta,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Como un documento inalterable,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y uniré las puntas de un mismo lazo;
y me iré tranquila, me iré despacio.
Y te daré todo, y me darás algo...
algo que me alivie un poco más.
Cuando no haya nadie cerca o lejos,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Cuando los satélites no alcancen,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y hablo de países y de esperanzas;
hablo por la vida, hablo por la nada.
Hablo de cambiar ésta, nuestra casa;
de cambiarla por cambiar no más...
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
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