Quizá haya pocas cosas más americanas que el jazz. El rechazo que despertaba en la URSS y países afines cualquier cosa susceptible de ser americana, hace difícil imaginar que el jazz haya podido calar en el bloque del este. No obstante, el jazz tuvo una recepción más favorable en el este que en los propios EE.UU. y gozó de una capital importancia en la extinta U.R.S.S. desde los años veinte.
Alexander TsfasmanEl jazz fue introducido en la Unión Soviética por el vanguardista Valentin Parnakh en 1922, quien fundó la Primera Orquesta Excéntrica de la Federación de Repúblicas Socialistas Rusas, llegando a tocar para miembros del Comintern. Poco más tarde, bandas americanas como la de Sam Wooding o Benny Payton tuvieron gran acogida durante sus giras en la U.R.S.S. Con el auge de Stalin, el jazz se vio perseguido durante unos años; sin embargo, el clamor popular hizo que se restituyese en 1932, año en el que comienza una de las épocas doradas del jazz soviético. Los máximos exponentes de la época son el cantante Leonid Utesov, y el pianista y compositor Alexander Tsfasman, quien fundó AMA-Jazz, la primera formación de jazz profesional en la U.R.S.S.
A final de los cuarenta, ya en la Guerra Fría, se impone la estalinista doctrina Zhdanov quedando el jazz relegado a círculos pequeños, aunque muy activos, de autoproducción y autodistribución, conocidos como magnitizdat. Con el ascenso de Jruschchov tras la muerte de Stalin, comienza el aperturismo y la segunda edad de oro del jazz en la Unión Soviética. Destacan el cuarteto del pianista Vladimir Kull y sus acercamientos a la bossa-nova; Rafk Babayev, compositor y director azerbaiyano que impulso el jazz hacia fusiones con otras músicas de tradición popular; Iosif Weinstein y su Big Band, que mezclaron sus raíces jazzísticas con elementos del groove, funk e incluso el soul; o el inigualable Anatoly Vapirov, a cargo desde muy joven de la Ensemble de Jazz de Leningrado y que acercó la música balcánica al jazz orquestal.
Pero el jazz no se relegó exclusivamente a la Unión Soviética. En la República Democrática de Alemania destacó Conny Bauer y su Zentralquartett, postulándose como una referencia del free jazz de los setenta a ambos lados del Telón de Acero. Circunstancias parecidas vivió la rumana Aura Urziceanu que desde muy joven participó en conciertos por toda Europa y los EE.UU. llegando a aparecer en el escenario al lado de Duke Ellington. También en los setenta, en Yugoslavia, destacó la compositora y directora Angela Vladkovica. Junto con su ensemble ABC, editaron el disco Waterloo bajo el sello soviético Melodya en donde se hace un recorrido por el pop y los sonidos del jazz con influencias del groove.
Dimitry AtovmyanEn la última etapa de la U.R.S.S. destacó el compositor y director Dimitry Atovmyan autor de numerosas bandas sonoras para cine. En 1990, Atovmyan graba junto a la Orquesta del Ministerio de Cultura de la URSS Solo para orquesta, el último álbum de jazz soviético, que no pudo ver la luz hasta 2005.
Track list:
1. Alexander Tsfasman – Krakovjak (1937)
2. Leonid Utesov – Dorogiye moi moskvichi (1948)
3. Vladimir Kull Kuartet – Vechernyaya pesnya (1965)
4. Rafk Babayev – Grustnaya pesnya (1970)
5. Iosif Weinstein – Ballada dlya Truby (1970)
6. Anatoly Vapirov – Bolgarskoye Rundo (1974)
7. Zentralquartett – Auf der Elbe schwimmt ein rosa Krokodil (1974)
8. Aura Urziceanu – Surpriza (1975)
9. Angela Vladkovica ABC – Mechty (1975)
10. Dimitry Atovmyan – Introduktsiya i Molitva (1990)

 

Descarga del guion en pdf