Argumento. Por Juan Martín Camacho.
Tras un periodo de más de 20 años en Ámerica regresa Sean Thornton a Inisfree, una pequeña y hermosa aldea de su Irlanda natal. Al llegar a Castletown es testigo de una complicada intentona por parte de algunos lugareños para explicarle el camino a seguir, de repente aparece un extraño personaje el cual sin presentarse siquiera recoge su equipaje y se brinda a llevarle a Inisfree en su coche de caballos.
Poco antes de llegar a su destino hacen una pequeña parada en el camino y Sean contempla una humilde casa que se encuentra cerca de un arroyo que serpentea por todo un precioso valle. A continuación le dice a Michaleen Flynn que así se llama el cochero, que dicha casa perteneció a sus padres y que pretende comprarla para instalarse allí. Después de darse a conocer continúan su camino y Michaleen Flynn le presenta al párroco Peter Lanegan. Minutos más tarde antes de entrar en el pueblo Sean ve a una preciosa pastorcilla pelirroja que lleva a sus ovejas a pastar, gratamente impresionado por la belleza de la pastorcilla Sean le pregunta a Michaleen Flynn la identidad de la bella muchacha.
Al día siguiente de su llegada al pueblo Sean aborda a la salida de la iglesia a la joven pastorcilla y le ofrece en su mano agua bendita para que ella se persigne. Michaleen, ya inseparable de él le recrimina dicha actitud argumentándole que dicho gesto es solamente privilegio de los novios que están ya amonestados.
Algo más tarde Sean y Michaleen se dirigen a la casa de la viuda Tillane la mujer más rica de Inisfree, y dueña de la casa que Sean quiere comprar. En mitad de las conversaciones para cerrar el trato de la venta de la casa se presenta de improviso Will Danaher, hermano de Mari Kate, la joven pastorcilla, Will también tiene empeño en comprar dicha casa ya que sus tierras lindan con ella, tras una fuerte puja-riña entre Sean y Will Danaher la viuda adjudica la casa a Sean por la cantidad de mil libras. Profundamente irritado por no haber conseguido comprar la casa junto al arroyo, Will se marcha a su casa allí apunta en una peculiar lista el nombre de Sean Thornton junto a otros nombres como personas non gratas.
Al día siguiente debido a la tirantez existente entre Sean y Will tiene lugar en el bar el primero de los altercados entre ambos, dicha riña queda interrumpida gracias a la aparición del padre Lanegan. A continuación Sean se dirige a su casa y queda gratamente sorprendido al encontrarse en ella a Mari Kate la cual ha adecentado y limpiado la casa. Sean en un arrebato de pasión la abraza y la besa, acto seguido ella le abofetea por tomarse tal libertad, pero antes de marcharse a su casa y para demostrarle que no le ha disgustado tal actitud es ella quien lo besa a él.
A la mañana siguiente Mary Kate recibe la visita de Michaleen el cual en su cometido de casamentero va en representación de Sean Thornton para saber si ella acepta que Thornton le proponga una relación, Mary Kate acepta, pero su hermano no consiente dicha relación, por lo cual debido a las viejas tradiciones sin el consentimiento del miembro mayor de la familia no hay relación posible.
Tras la negativa del hermano de ella ambos quedan desconsolados y tristes. Ante esta situación el reverendo Playfair y esposa, el padre Lanegan y Michaleen Flynn deciden tomar cartas en el asunto y aprovechando la celebración anual de las carreras de caballos de la localidad preparan una pequeña conspiración.
Según las costumbres para la citada carrera de caballos todas las mujeres que así lo deseen pueden colocar sus sombreros en la línea de meta y de esta manera el ganador de la carrera elige el sombrero de la dama que más le guste. Entre otros sombreros se encuentra el de Mary Kate Danaher y el de la viuda Tillane. La trampa consiste en si logra ganar la carrera Sean Thornton que este elija el sombrero de la viuda Tillane en vez del de Mary Kate, y de esta manera provocar los celos de Will Danaher, el cual está bastante interesado por la viuda, además le hacen creer a Will que la viuda también está interesada en él, por tanto lo incitan a que de su consentimiento para el noviazgo de su hermana con Sean ya que de esta manera el tendrá campo libre para cortejar a la viuda. Tras ganar Sean la carrera elige el sombrero de la viuda y acaba besándola lo que provoca un ataque de celos en Will.
Estos acontecimientos acaban convenciendo a Will para que de su consentimiento al noviazgo de su hermana con Sean. Algunos días después de su noviazgo acaban casándose. En la citada ceremonia y tras entregar la habitual dote de costumbre así como comprometerse a entregar el mobiliario completo y el ajuar, Will Danaher anuncia su compromiso con la viuda Tillane, esta que no estaba al corriente de este enredo monta en cólera, Will se da cuenta entonces de que ha sido victima de una confabulación preparada entre el padre Lanegan, el reverendo Playfair y su esposa y Michaleeen Flynn por lo que acaba golpeando a Sean y lo deja sin sentido. Cuando Sean se recupera se marcha a su casa sin recoger la dote.
Una vez en casa Mary Kate indignada por no haber conseguido su dote se niega a que su marido la toque, ya que se considera una mujer no casada hasta conseguir dicha dote.
Al día siguiente Michaleen Flyn y algunos amigos más tras persuadir a Danaher de que cambiase de idea se presentan en casa de los recién casados portando en un carro el mobiliario y el ajuar de Mary Kate, sin embargo no consiguieron que Will les diese las trescientas cincuenta libras de la dote. Este hecho no tiene importancia alguna para Sean, pero no así para su mujer, la cual considera inaceptable la renuncia a dicha dote.
Esto ocasiona que Sean pida consejo al reverendo Playfair, el reverendo es el único en el pueblo que sabe la verdadera historia de Tornado Sean, nombre con el cual se le conocía en el mundo del boxeo, profesión esta que decidió abandonar después de acabar con la vida de un boxeador durante un combate, entonces juró no volver a boxear nunca más.
Tras abandonar Mary Kate a Sean por creer que su marido es un cobarde que tiene miedo a enfrentarse a su hermano y reclamar su dote, Sean va en busca de ella y la trae desde la estación del tren a fuerza de tirones los diez kilómetros que cubren dicha trayectoria. Al llegar a la propiedad de su cuñado Will le reclama las trescientas cincuenta libras y al negárselas de nuevo, Sean le arroja a su hermana para que se quede con él, alegando que sin dote no hay boda. Esto hace que Will acceda a darle la dote, acto seguido Sean lanza el dinero de la dote al fuego y a continuación se ensalzan en una larga y ruidosa pelea. Después de tan estrepitosa e inacabable contienda llegan a casa completamente magullados y borrachos. Al día siguiente bajo la atenta mirada de Michaleen Flynn, Will Danaher y la viuda Tillane comienzan su noviazgo.
Biografía de John Ford. Por Juan Martín Camacho.
Desagradable, gruñón, ordinario, grotesco, repulsivo, impertinente, grosero, maleducado déspota, estos son algunos de los adjetivos (descalificativos) que acompañan a la figura de Ford, resulta difícil de creer que una persona con tal cantidad de defectos y el autor de obras como; Las Uvas de la Ira, Que verde Era mi Valle, El Hombre Tranquilo, El Hombre que Mató a Liberty Valance La Taberna del Irlandés (películas todas ellas en las cuales la amistad, el respeto a la familia y el amor a la vida son ejemplares) sean una misma persona.
Ford es uno de los ejemplos inequívocos de que dentro del ser humano subyace el bien y el mal, y que todos llevamos dentro un ángel y un demonio.
Con una filmografía bastante extensa en su haber, (unos ciento treinta títulos aproximadamente) John Ford no solamente es uno de los directores más prolíficos, sino también uno de los grandes pilares dentro del Olimpo Cinematográfico.
A pesar de ser conocido sobre todo gracias a sus Western, Ford realizó diversas incursiones en géneros tan distintos como Cine Social: Las Uvas de la Ira, La Diligencia o Que Verde Era mi Valle, excelentes y nostálgicas comedias como, El Hombre Tranquilo y La Taberna del Irlandés, (biopics) o películas históricas como, El Joven Lincoln, Cuna de Héroes o Escrito Bajo el Sol, películas de aventuras como, la exquisita Mogambo, o películas de contenido político como El Delator o El Ültimo Hurra.
Para corroborar la importancia de los títulos no pertenecientes al género Western basta con recordar que los cuatro Oscars que Ford recibió a lo largo de su carrera fueron por El Delator de 1935, Las Uvas de la Ira de 1940, Que Verde Era Mi Valle de 1941 y El Hombre Tranquilo de 1952, ninguna de ellas pertenecía por tanto al género Western.
Sean Aloysius O´Feney,(verdadero nombre de John Ford) nació en 1895 y era el treceavo hijo de unos emigrantes irlandeses establecidos en Maine. La carrera cinematográfica de Ford empezó nada más terminar los estudios a la edad de dieciocho años y tras fracasar en las pruebas de ingreso a una academia de Marina.
En 1913 se unió a su hermano Francis Ford que era por entonces actor y director en los estudios Universal, en dichos estudios trabajó primero como especialista y ayudante de dirección. Su debut como director además de actor y guionista fue en una película de dos bobinas titulada El Tornado del año 1917, esta fue la primera de las más de treinta películas que rodó antes de dejar la Universal para unirse a la Fox en el año 1920. La mayoría de los títulos rodados para la Universal fueron Western aunque por desgracia, de dicha etapa solo se conserva un título Straight Shooting de 1917 que fue su primer largometraje y una de las veinticuatro películas que Ford rodó con Harry Carey, uno de los actores predilectos de Ford durante su etapa muda.
En la Fox, su nuevo estudio, comenzó trabajando con Buck Jones y Tom Mix dos mitos del género del Oeste por entonces, y cowboys fijos de dicho estudio. Poco a poco fue ascendiendo gradualmente hasta dirigir producciones de mayor prestigio como Sota, Caballo y Rey del año 1923, con John Gilbert como protagonista, esta fue la primera película en la que apareció en los títulos de crédito el nombre de John Ford, ya que las anteriores las había firmado con el nombre de Jack Ford.
Del período en la Fox destacan sobre todo tres películas, El Caballo de Hierro del año 1924, Tres Hombres Malos del año 1926 y Cuatro Hijos del 1928. El Caballo de Hierro estaba dedicada a la figura de Abraham Lincoln y a su sueño de crear una nación indivisible mediante la construcción de un ferrocarril que uniera todos los estados.
En 1935 dirigió El Delator, con dicha película lograría el primer Oscar de su carrera. El Delator narra la historia de un miembro de una asociación revolucionaria irlandesa que es expulsado de la misma por haber rehusado matar a un policía inglés, al final de la película debido a la gran miseria que rodea al protagonista éste acabará traicionando y denunciando a sus antiguos compañeros a la policía, pero finalmente tras comprender la gravedad de su falta y arrepentirse acaba muriendo a causa de un disparo de un antiguo camarada.
En 1939 dirigió su primera gran película La Diligencia, esta película ya mítica, debido a su interesante temática además de ser un excelente Western es junto a Las Uvas de la Ira y El Gran Combate, una de las obras con mayor contenido de crítica social en la extensa filmografía de Ford.
Para finales de los años treinta Ford había intervenido bien fuese como extra, atrezzista, ayudante de dirección o director en más de cien películas, mientras que otro director (menor) se habría ya quemado en dicho proceso, para Ford sin embargo, los mejores años de su carrera estaban por llegar. Su “Edad de Oro” se extendió a lo largo de casi tres décadas, desde La Diligencia del año 1939, hasta El Gran Combate del 1964. Durante los años transcurridos entre dichas películas Ford realizó algunas de las más memorables obras del Cine estadounidense, y con ello su reputación fue creciendo poco a poco hasta llegar a estar considerado uno de los pilares fundamentales no ya del Cine americano, sino del Cine Mundial.
No se puede hablar de Ford sin hacer hincapié en el Western ya que está considerado el padre de dicho género. Las motivaciones sociales del vaquero clásico de Ford difieren mucho de las del resto de directores. Mientras que el Western tradicional se centra sobre todo en una visión marcadamente individualista del mundo en la cual el protagonista esta movido principalmente por un deseo ciego de venganza, o el típico fuera de la ley que intenta escapar de su pasado, es decir, dichos personajes se lanzan a una batalla que ellos mismos han elegido, y se trata además, de una batalla que les permitirá lograr sus objetivos, pero de la que, si logran salir, será también con cicatrices permanentes.
En el caso de Ford la motivación esencial es menos intensa, más atenuada, y rara vez tiene como eje una emoción individual o una fuerza impulsora de carácter negativo como la venganza. Lo que predomina en el corazón de sus Westerns son los viajes y los desplazamientos, la lenta odisea de una caravana de carromatos, la labor de reconocimiento de un escuadrón de caballería o el arduo y peligroso itinerario de una diligencia que atraviesa el desierto. En las películas de Ford rara vez se da el uso de la violencia como algo personal, sino simplemente como algo a lo que hay que recurrir en último extremo, cuando dicho acto resulta inevitable, Ford lo evoca breve y objetivamente sin la menor complacencia y sin recrearse en ello.
El héroe de Ford no necesita emplear la violencia para probarse a sí mismo, se limita a ponerla en práctica empujado por un ideal colectivo que no le permite albergar la menor duda.
Los auténticos héroes de Ford son las propias comunidades, los soldados desconocidos que intentan llevar la paz al oeste, los pioneros que atraviesan el país para levantar nuevos estados, los habitantes de una ciudad cualquiera cuyo principal objetivo es el de crear una sociedad basada en la ley y el orden; es decir, todas las personas que han contribuido en mayor o menor medida a formar los Estados Unidos y cuyos nombres y rostros se han perdido en el anonimato y en el olvido.
Hay sin embargo un título que representa la antítesis del héroe Fordiano, el Ethan Edwards de Centauros del Desierto, en esta emocionante película, quizás la única de Ford basada en la idea del individualismo, Ethan se enfrenta a la vida estable y ordenada y se lanza a una lucha desesperada por seguir siendo un solitario y un rebelde. Tras una difícil y penosa búsqueda de su sobrina (raptada por los indios) que dura diez años, Ethan comprende finalmente la inutilidad de su rebelión, y cuando la encuentra se siente incapaz de matarla tal y como se había propuesto por considerarla mancillada por el hecho de haber estado viviendo con un indio. Ethan comprende que la sociedad ha cambiado y por tanto ciertos valores con el paso de los años resultan ya caducos. Por tanto tras devolver a Debbie a la comunidad blanca no hay lugar ya para él, por lo que decide desaparecer dejando así paso a las nuevas generaciones.
El universo de Ford está también habitado por personajes desarraigados que vagan sin sentido de un lado a otro como los marineros de Hombres intrépidos del año 1940 o el boxeador inmigrante (John Wayne) que vuelve a su ciudad natal después de haber matado a un hombre en el ring durante un combate de boxeo en El Hombre Tranquilo del año 1952, dentro de esa temática también se encuentra la familia Joad de Las Uvas de la Ira, del año 1940, los cuales deambulan de un lugar a otro en busca de un trabajo. Entre esos exilados se encuentra también los indios de El Gran Combate, esta película nos muestra la odisea de toda una comunidad india (cheyennes en este caso) que después de verse humillados y desposeídos de sus tierras ancestrales se ven forzados a huir de una reserva en la cual estaban confinados y mal alimentados, e iniciar una peregrinación a pie para volver a su tierra natal la cual se halla a cientos de kilómetros, y todo esto debido a la maldad e ineptitud del hombre blanco. En esta película al igual que en Fort Apache del año 1948, Ford trató la problemática india con una dignidad excepcional.
La brillante visión de una sociedad idealizada y teñida de una cierta melancolía romántica proyectada tantas veces por Ford en sus películas se ha ido oscureciendo con el paso de los años. Los héroes de Ford envejecieron con él como lo demuestra el último plano de El Hombre Que Mató a Liberty Valance del año 1962, donde se nos muestra a un avejentado James Stewart llorando. Quizá a comienzos de los años 60 (el período en que rodó El Hombre Que Mató a Liberty Balance, La Taberna Del Irlandés y El Gran Combate) Ford era ya consciente de su propio desarraigo y de su condición de exilado dentro del Cine americano. Es posible que se diese también cuenta de que la naturaleza de su obra seguiría siendo tan firme e inmutable como la del Monument Valley; pero eso no le impedía comprender que todo lo que le rodeaba estaba derrumbándose y desapareciendo irremediablemente.
Biografía de John Wayne. Por Juan Martín Camacho
La larga y penosa enfermedad que acabó con la vida de Wayne en el verano de 1979 sacudió de emoción a toda Norteamérica. Su personalidad era tal que ningún norteamericano que se respetase a sí mismo podía dejar de sentirse impresionado por la presencia del “Duke”, apelativo con el cual se le conocía cariñosamente. Una de sus últimas apariciones fue la ceremonia de entrega de Los Oscars del mismo año de su muerte. En dicha ceremonia Wayne dijo: “ Oscar llegó a Hollywood en 1928, yo también, los dos estamos algo zarandeados por la vida, pero seguimos aquí y pensamos hacerlo durante bastante tiempo” . Desafortunadamente dos meses después estaba muerto.
Wayne encarnó a diversos tipos de líderes bélicos que eran a la vez duros, valientes, compasivos y sobre todo “americanos”. Paradójicamente en la Meca del Cine el republicano y conservador Wayne, presidente de la Alianza de la Industria Cinematográfica para la Defensa de los Ideales Americanos, se dedicaba a perseguir incansablemente a los sospechosos de tener ideas comunistas. Hay sobre todo tres títulos que representan en parte, las tendencias políticas de Wayne, uno es Big Jim Mclain, de 1952, película promacarthista coproducida por Wayne cuya trama gira en torno a un investigador del Cómite de Actividades Anti-americanas que persigue encarnizadamente a todo sospechoso de ser comunista. Otro título es El Álamo, su primera película como director en la cual interpretaba a David Crockett famoso héroe legendario que se enfrentó al ejército mexicano del general Santa Ana y acabó convirtiéndose en un mártir de la Libertad Americana. Y por último Boinas Verdes, su segunda incursión en el campo de la dirección, película bélica en la que Wayne encarna a un despiadado mercenario encargado de acabar con el vietcong. Ninguna de estas películas resultó satisfactoria ni comercialmente ni como producto propagandístico.
También hay que decir que Wayne llegó a grabar junto a Robert Mitchum un disco titulado “Po qué amo a America” una especie de reflexión y exaltación patriótica. Hoy día esta imagen de Wayne resulta distorsionada y casi grotesca, pues llevó hasta extremos de verdadera histeria su pro-republicanismo y su anticomunismo, apoyando sucesivamente a Eisenhower, Goldwater y Nixon. Aunque Wayne es un símbolo del americanismo desde el punto de vista político y social, hay que decir también en su favor que ningún otro actor ha contribuido a socavar los valores específicos de los llamados “WASP” (blancos, anglosajones y protestantes) como lo demuestra el hecho de que los tres matrimonios que contrajo a lo largo de su vida fueran con tres mujeres hispanas, lo que contradice, o al menos pone en tela de juicio, el aparente anti-mexicanismo de El Älamo.
Marion Michael Morrison nombre auténtico del actor nació el 26 de Mayo de 1908 (1907 según otras fuentes) en la ciudad de Winterset estado de Iowa. A la edad de 5 años debido a problemas de salud de su padre se trasladaron al condado de Lancaster en California, una comarca próxima al desierto de Mohave donde el joven Marion tuvo su primera oportunidad de apreciar la vida en un rancho del oeste. Un año después la familia se trasladó a Glendale cerca del suburbio de Los Angeles donde su padre abrió una droguería. Según cuenta la leyenda allí consiguió John Wayne su famoso seudónimo de Duke (el duque) derivado del apelativo Little Duke con que era conocido entre sus amigos por ir siempre acompañado de un gigantesco perro dogo llamado (Duke).
A pesar de ser un buen estudiante donde destacó realmente fue en las representaciones teatrales de la escuela y como miembro del equipo de rugby. Por aquel entonces todas las ilusiones las tenía puestas en comenzar una carrera en la marina, pero su intento de ingreso en la Academia de Annápolis fracasó, debido a ello se vio obligado a desempeñar varios oficios entre ellos el de vendedor ambulante de helados y camionero. A continuación ingresó en la Universidad de California del Sur donde llegó a convertirse en una gran figura de las competiciones de rugby. En dicha universidad le vio la estrella del Cine del Oeste , Tom Mix, quien le ofreció un empleo como obrero y extra en la Fox. Allí conoció a John Ford quien le encargó el cuidado de unas ocas que aparecían en una película que Ford estaba rodando llamada Madre Mia. Durante el rodaje Wayne creyendo que habían acabado de rodar un plano, irrumpió de repente en la filmación, dicho acto causó una de las habituales explosiones de cólera de Ford, pero al ver la cara de asombro del joven Wayne, Ford rompió a reír junto a todo el equipo de rodaje. Justo en ese momento comenzó una estrecha amistad que solo la muerte iba a interrumpir.
Después de aquel incidente el joven Marion continuó trabajando como especialista, extra y atrezzista hasta el año 1930 en que Raoul Walsh a petición de Ford le ofreció el papel protagonista en La Gran Jornada. Dicha película fue la primera en la que apareció en los títulos de crédito el nombre artístico de John Wayne.
En 1931 Wayne abandonó la Fox y firmó un contrato con la Columbia, en dicho estudio interpretó varios westerns junto a estrellas ya consagradas del género como Tim Mccoy y Buck Jones. Al año siguiente pasó a la Warner Brothes para interpretar un serial de películas baratas ambientadas en el oeste donde ya era el protagonista. Poco tiempo después aceptó una oferta de la Republics Pictures donde interpretó una serie de películas de aventuras, melodramas y westerns todas ellas de baja calidad y destinadas principalmente a rellenar los programas dobles del sábado.
Durante esta época Wayne se casó con Josephine Saenz, una belleza sudamericana hija de un diplomático panameño. Poco tiempo después Trem Carr jefe de producción de la Monogran le contrató y durante los siguientes años Wayne protagonizó infinidad de películas, la mayoría de ellas western.
Después de diez años en el mundo del espectáculo Wayne no había conseguido mejorar su situación profesional, pero el destino y Ford tenían otros planes para el actor. Tras un largo lapsus de tiempo en el que Ford no le había prestado el menor caso, de repente un día le llamó para protagonizar La Diligencia.
La Diligencia fue la película que inauguró la época de los grandes western. El guión estaba firmado por uno de los más grandes escritores del Cine americano Dudley Nichols y contaba con todos los elementos propios del género, la diligencia que atraviesa el desierto y es atacada por los indios, la presencia de un pistolero recién salido de la cárcel y que se dirige a vengar la muerte de su hermano, y sobre todo, la diferencia de clases existente entre los pasajeros de dicha diligencia, verdadero motor de la película que sirvió a Ford para hacer una de las más descarnadas críticas a la sociedad puritana e hipócrita de la época, crítica que aún hoy día sigue vigente.
La Diligencia supuso además el espaldarazo definitivo tanto en la carrera de Wayne, como en la de Ford, aún así Wayne confesó algunos años después, La Diligencia me convirtió en una gran estrella y siempre se lo agradeceré, pero a pesar de todo, Ford no me apreció realmente como actor hasta que hice Rio Rojo con Howard Hawks en 1948. Realmente debe de haber algo de verdad en esta afirmación, pues desde el año 1939 (año de La Diligencia) hasta el año 1948 Wayne rodó 30 películas de las cuales solamente 2 fueron dirigidas por Ford. 1948 fue un buen año para Wayne además de la ya citada Rio Rojo también interpretó Tres Padrinos y Fort Apache ambas dirigidas por John Ford.
Fort Apache constituyó una de las obras más imparciales sobre el asunto de los pieles rojas norteamericanos, a pesar de su habitual militarismo, Ford supo expresar con gran veracidad y objetividad el comportamiento y las razones del pueblo indio, así como la actitud cerrada, prepotente e inhumana del ejército de los Estados Unidos.
En 1949 Ford y Wayne volvieron a reunirse para rodar La Legión Invencible película que supuso otro nuevo éxito.
Pese a su ininterrumpido trabajo en las películas Wayne no olvidaba su vida personal. Wayne se divorció de su primera mujer en 1946, la cual le dio cuatro hijos, Michael nacido en 1935, Tony 1936, Patrick, 1939 y Melinda 1941. El mismo año de su divorcio se casa con Esperanza Bauer apodada (chata), una actriz mexicana de carácter áspero con la que llevó una vida agitada y pródiga en discusiones, en 1953 acabaría divorciándose de ella. En 1954 se casaría por tercera vez con Pilar Pallete, también de origen hispánico de la cual se divorciaría en 1978 después de haberle dado otros cuatro hijos, Aissa nacida en 1956, John Ethan 1962, Matew 1965 y Marisa.
Después de la Legión Invencible Wayne siguió cosechando éxitos con algún que otro altibajo, entre los primeros se encuentran títulos como Rio Grande y El Hombre Tranquilo ambas de Ford, entre los fallidos se encuentran títulos como El Zorro de los Océanos y El Conquistador de Mongolia, esta última es recordada hoy día no por su escaso valor artístico, sino por la crónica negra que la rodeó al descubrirse que en las inmediaciones del sitio del rodaje había tenido lugar un ensayo de explosión nuclear cuyas consecuencias, al cabo de los años, serían numerosas muertes por cáncer, entre ellas las de los dos protagonistas, la del director y la de varios miembros del equipo.
En 1956 la ya habitual pareja actor-director vuelven a juntarse para rodar otro de los títulos más emblemáticos de su larga asociación Centauros del Desierto. La historia filmada en color y Vista-visión, un procedimiento que permitía aumentar la calidad de la imagen, narra la odisea de un excombatiente sudista que busca a su sobrina raptada por los indios en una larga y desesperada persecución que se prolonga durante diez años. El maravilloso escenario del Monument Valley descubierto por Ford en La Diligencia y utilizado en otros títulos del director contribuyó en gran medida al éxito de la película.
En esta etapa de su vida el (Duke) era ya una leyenda entre sus compañeros y el público de todo el mundo, y su aparición en un reparto bastaba para asegurar el éxito en taquilla de cualquier película.
Tras Centauros del Desierto Wayne fue acumulando grandes títulos como Rio Bravo, Misión de Audaces, El Hombre que Mató a Liberty Valance, Hatari, El Dorado y Valor de Ley (película por la cual consiguió el Oscar al Mejor Actor) junto a otras películas menores pero no por ello menos interesantes entre las cuales se encuentran títulos como, Escrito Bajo el Sol, La taberna del Irlandés, Ataque al Carro Blindado, Los Indestructibles y Ladrones de Trenes.
A finales de los años sesenta Wayne se sometió a una intervención quirúrgica para extirparle un pulmón en un vano intento de erradicar el cáncer que padecía. En los últimos momentos de la enfermedad cuando los estragos eran imposibles de disimular aún tuvo fuerzas para acudir a la ceremonia de entrega de Los Oscars, dos meses después cayó herido de muerte. John Wayne quiso que su epitafio estuviera escrito en español, puede que dicha actitud fuese en honor a sus tres esposas latinas. Dicho epitafio dice “ aquí yace John Wayne, feo, fuerte y formal” .
Con más de doscientas películas a sus espaldas la figura de Wayne parece indestructible, quizá no alcanzó nunca la riqueza de matices de los grandes característicos pero en cambio nadie le superó interpretando a ·”su personaje” ese hombre duro, integro, solitario y valiente que recorrió a caballo todos los escenarios del oeste. Puede que como héroe americano sea un personaje dudoso, pero indudablemente era una presencia cinematográfica fuera de serie.
Contexto histórico del año 1952. Por Salvador López Rute
Europa estaba viviendo su séptimo año después de haber terminado la Segunda Guerra Mundial, y empezaba la reconstrucción de la misma.
Alemania estaba siendo reconstruida en su parte occidental por los americanos, franceses e ingleses; mientras que en la parte oriental y en el resto de Europa oriental, estaban los rusos.
En este año 1952, en el que hacía ya tres años que habían terminado los juicios de Nuremberg contra los nazis en Alemania; Europa ya empezaba a perfilarse como entidad propia, a punto de constituir las primeras organizaciones europeas, como la organización del carbón que llegaría tres años más tarde.
En este año también había conflictos en las colonias, más concretamente en Indochina, ocupada por Francia, Ho Chi Minh y su organización, el Viet Minh, querían echar a los franceses de Indochina.
En Estados Unidos estaba gobernando el demócrata Harry S. Truman, y ya al final del año, en el mes de noviembre, sale elegido el republicano Dwight Eisenhower.
En Estados Unidos, la administración norteamericana ya estaba organizando la CIA, para poder introducirla en todos los lugares del mundo. También por estas fechas estaba en plena efervescencia la caza de brujas del senador Mc Carthy contra el ámbito cultural norteamericano, actores, directores y guionistas, eran acusados de comunistas; pero ellos se revelaron contra Mc Carthy, aunque algunos lo pagaron con su vida o exiliándose del país, más concretamente el actor John Garfield, murió de este mismo año de un infarto a consecuencia de que iba a ser citado en el Comité de Actividades Antiamericanas; otros como el guionista Dalton Trumbo, tuvo que irse exiliado a Francia. Este Comité de Actividades Antiamericanas, empezó en 1947. También estaba el conflicto en Corea, donde los norteamericanos intentaban rechazar a los coreanos del norte de su invasión de Corea del Sur, con la ayuda de otros países aliados, y por mandato de la ONU.
También en este año 1952 o en esta década de los 50, los norteamericanos realizaron algunas pruebas nucleares en el desierto de Nevada y en el atolón de las Islas Marshall.
En Argentina estaba gobernando el matrimonio Perón, Juan Domingo Perón, militar argentino, estaba siendo eclipsado por su mujer, la primera dama de Argentina, Evita Perón, en su ayuda a los más desfavorecidos.
España estaba viviendo su décimo tercer año de dictadura, una posguerra durísima, pero ya estaba a punto de abrirse internacionalmente en esta década de los cincuenta, atrayéndose a Estados Unidos, el país más anticomunista, y éstos a su vez deseando entrar en España para plantar sus bases.
En 1952 nacen:
17 de enero: Ryuichi Sakamoto, músico, compositor y actor japonés.
4 de marzo: Umberto Tozzi, cantante italiano.
6 de mayo: Christian Clavier, actor francés.
18 de junio: Isabella Rossellini, actriz y modelo italiana.
1 de julio: Dan Aykroyd, escritor, actor y guionista de cine canadiense.
17 de agosto: Nelson Piquet, piloto brasileño de Fórmula 1.
21 de agosto: Joe Strummer, músico británico.
9 de septiembre: David A. Stewart, músico británico, de la banda Eurythmics.
25 de septiembre: Christopher Reeve, actor y cineasta estadounidense.
En 1952 fallecen:
6 de febrero: Jorge VI, rey británico entre 1936 y 1952.
18 de febrero: Enrique Jardiel Poncela, autor español.
19 de febrero: Knut Hamsun, escritor noruego, Premio Nobel de Literatura en 1920.
21 de mayo: John Garfield, actor estadounidense.
26 de julio: Eva Perón, política argentina (n. 1919).
Otras películas del año 1952 son:
Candilejas de Charles Chaplin.
Niebla en el alma de Roy Baker.
Me siento rejuvenecer de Howard Hawk.
Viva Zapata de Elia Kazan.
Estrella del destino de Vincent Sherman.
Solo ante el peligro de Fred Zinnemman.
Las nieves del Kilimanjaro de de Henry King.
Ivanhoe de Richard Thorpe.
Encubridora de Fritz Lang.
El mayor espectáculo del mundo de Cecil B. de Mille.
El mundo en sus manos de Raoul Walsh.
Correo diplomático de Henry Hathaway.
La isla de los corsarios de George Sherman.
El temible burlón de Robert Siodmak.
Vuelve pequeña Sheba de Daniel Mann.
Cautivos del mal de Vincente Minnelli.
Horizontes lejanos de Anthony Mann.
La impetuosa de George Cukor.
Otelo de Orson Welles.
Scaramouche de George Sydney
Vivir de Akira Kurosawa
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